miércoles, 12 de enero de 2011

Sevilla se ve a la legua

LA EXPOSICIÓN DE ESTRENOS es tan antigua como las cofradías. Se abría el salón Colón -más tarde, la sala de la Caja San Fernando- y cada hermandad exhibía lo nuevo que tenía para ese año. De ahí saltó a la política cada vez que se acercaban unas elecciones municipales y el alcalde de turno -se presentara o no a la reelección- expone las novedades de su mandato en una exposición abierta al público. Monteseirín también lo va a hacer, faltaría más.

El alcalde en retirada ha anunciado una muestra en la nave del Barranco con los grandes hitos de sus doce años al frente de la Alcaldía. Él se cree que eso es el novamás del marketing electoral, pero en realidad, es más antiguo que el hilo negro. ¡Si será antiguo, que eso mismo y en el mismo sitio hizo Manuel del Valle cuando las elecciones de 1991!

'Sevilla se ve' es el eslogan de la campaña en que se va a gastar de una tacada el 70 por 100 de todo el presupuesto de publicidad municipal del año 2010 para que Sevilla logre «venderse como ciudad» en sitios tan imprescindibles como Madrid, Milán o Nueva York. Esto sí que es nuevo, porque antes las ínfulas no daban para tanto como para llegar a la ciudad de los rascacielos con una promoción internacional, pero ya se sabe que desde que se presentó una botella de agua aromatizada en la Gran Manzana para que a un sujeto le saliera gratis el avión para correr el maratón entre Brooklyn y Manhattan, le tienen querencia a NYC.

Desgraciadamente, Sevilla se ve… a la legua. El escándalo de Mercasevilla, por ejemplo, ha dado para varios minutos de telediario en las principales cadenas televisivas nacionales. El de las facturas falsas sirvió para que el resto de los españoles se percataran de cómo se venían haciendo las cosas en el Ayuntamiento de Monteseirín. Y el episodio del veto al homenaje a Agustín de Foxá retrató el sectarismo y la cortedad ideológica de miras con que se maneja la coalición PSOE-IU gobernante en la capital de Andalucía.

Esa es la realidad que ha emanado de Sevilla en los últimos tiempos: corrupción, sectarismo, fullerías políticas… y despilfarro. Esa es la tarjeta de presentación de Sevilla, hoy por hoy. Y eso no hay campaña de imagen que lo borre por muchos duros que se vayan a gastar en lavar una gestión negra se mire por donde se mire. ¡Si hasta el propio PSOE tiene la ciudad entre las plazas críticas y decisivas donde se juega las elecciones de mayo! Sevilla se ve. Enseguida. Lo que se les ve es el plumero del juego sucio, que es en lo único en que son catedráticos.

javier.rubio@elmundo.es

07/1/11

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