miércoles, 17 de febrero de 2010

Sobra el concejal de Inmovilidad

OTRO PLAN de Tráfico. Lo anuncian como es norma en el Ayuntamiento de Sevilla: algunas calles tendrán que cambiar de mano, pero todavía no se sabe ni cuántas, ni cuándo, ni cómo. Es fácil imaginarse a esos comerciantes temiendo que el dedo caprichoso del gobernante señale en el mapa su calle y los condene. Las purgas –si lo sabrán ellos– deben tener siempre un rasgo de imprevisión que acreciente la incertidumbre como paso previo para instalar el terror generalizado.

Dicen que van a dividir el centro histórico en cuatro subsectores controlados por cámaras de videovigilancia. Y pretenden que nos creamos que esta vez van a funcionar; no como la de la calle Dos de Mayo, que supuestamente iba a gobernar un pivote levadizo que sólo se abriera para los automóviles autorizados y el transporte público. ¿Algún amable lector puede recordarnos cuándo fue la última vez que funcionó? No, ahora va en serio. Dicen ellos, claro.

Los mismos que, tan preocupados como están por el transporte sostenible, no se bajan del coche oficial. Pero ésa es otra historia. Demagógica, claro. También anuncian que si alguien precisa acudir al centro para retirar un bulto pesado o voluminoso, se puede extender un salvoconducto provisional siempre que el comerciante de turno lo pida por los cauces oficiales. Y al que va a recoger a la suegra que se ha caído en el cuarto de baño, ¿quién le sella el pasaporte?

El plan incorpora una novedad. Hasta ahora, se nos prometían aparcamientos rotatorios disuasorios para dejar el coche y acercarse andando al rescate de la madre política en la bañera. Ahora, la disuasión es a lo bestia: esto es lo que hay. Sobran aparcamientos: sí, a las 5 de la mañana el estacionamiento de Albareda tiene todas las plazas libres que uno quiera. Y no se van a construir más.

Esto lo dice el mismo concejal que prometió un día hacer diecinueve aparcamientos subterráneos de los que se pueden contar con los dedos de una mano los que ha inaugurado a trancas y barrancas. El mismo concejal que ha conseguido el propósito de hacer completamente prescindible su cargo y su delegación entera: ya es un sarcasmo que lleve el nombre de Movilidad una concejalía que ha logrado, como el viernes pasado, que Sevilla entera se colapse y los automóviles se queden parados.

Ya que estamos hablando de recortes de altos cargos, vamos a empezar por este concejal de Inmovilidad que nos perdona la vida si queremos movernos.

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